Las desvalorizaciones de los activos financieros latinoamericanos en 2008 totalizaron US$2,1 billones al uso nostro (US$2.100 millardos para Ana; ó US$2,1 trillions en Wall Street), o 57% del PIB regional (6,8 meses), según Claudio Loser, conchabado por el Banco de Desarrollo Asiático (ADB).
En los países en desarrollo asiáticos la pérdida de riqueza fue más shockeante, tanto en términos absolutos (US$9,6 billones) como relativos (algo más que un año de PIB), porque los mercados crecieron más rápido. La relación entre los activos financieros y el PIB se incrementó de 250% en 2003 a 370% en 2007.
Ventaja de una dieta de slow food después de reiterados empachos: a América Latina lo ayudó el tamaño relativamente menor de los sistemas financieros nacitonales y la fuerte supervisión y regulaciones prudenciales, una herencia de las crisis de los últimos 10 a 15 años.
Con menor ingestión local de activos tóxicos, los riesgos se han concentrado en posibles rupturas de los flujos tradicionales vinculados con el comercio internacional y la inversión externa, y la contracción de la actividad económica internacional. Loser prevé las pérdidas de los términos de intercambio este año en 2.4% del PIB latinoamericano.
Por el lado positivo, Loser dice que no hubo destrucción de capital físico y humano, un buen augurio para una fuerte recuperación, tal vez más cauteloso y sustentable, una vez que se elaboren los ajustes a los mercados financieros durante el próximo año.
Nada veo sobre los capitales que no se acumularon.
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