Revisionismo histórico mayúsculo para aquellos que creemos que el manodura implantado que creó los patacones al amparo del corralero Domingo Cavallo se escurrió como rata por tirante desde La Plata a la Cancillería, dejando a su segundo bailar con la más fea.
Menudo palo y tarjeta colorada en tapa para su socio político Felipe Solá, implícito culpable de tales "resultados desastroso", cuando por la forma que muñequeó la crisis casi casi staríamos a condonar la depredación ictícola resultado de sus concesiones pesqueras.